Rhapsody en Colombia

Ante la falta del comité de bienvenida, a Legend Maker lo arrinconaron en un cuarto viejo polvoriento a esperar 12 horas sin poder moverse por que se podían robar los equipos. Sin recibir alimento o bebida alguna esperamos todo ese tiempo observando como los errores, ineficiencia y mediocridad de la organización iba avanzado a paso de tortuga. La prueba de sonido para los grupos nacionales nunca se llevo a cabo por que Rhapsody sólo llegó al lugar del evento a las 4 p.m. y luego de solucionar mil problemas técnicos terminaron el sound check a las 7 de la noche.

La banda y su equipo técnico, quienes venían de un largo e interminable viaje y cuatro presentaciones sin descanso, estaban bastante estresados y sólo proferían madrazos y malos comentarios del País a causa de los inconvenientes técnicos y la incompetencia de la organización. Mientras tanto afuera, la gente que esperaba desde las 8 a.m. se empezó a disgustar por que a las 6 p.m. no habían abierto las puertas y con justa razón.

Pasadas las 7 arranca la primera banda nacional SOUL BURNER. Conocidos anteriormente en la escena Death Metal como Ritual. Carne de Cañón para un público que los abucheó hasta más no poder. Y es que no se en la cabeza de quien cabe poner a tocar un grupo de Brutal Death Metal en un concierto de Rhapsody, independientemente de la calidad musical del grupo que puede ser muy buena, es una falta de respeto con Rhapsody y con el público.

Terminada la primera parte de esta tragedia, sube por fin Legend Maker al escenario a pasar la vergüenza más grande de su carrera musical. Era como subir al patíbulo durante la revolución francesa y ver con anticipación lo que será el trágico final de la existencia. El público pedía revancha después de el desastroso espectáculo de Soul Burner en el que ni su estridencia pudo cubrir los desastres del sonido que les tocó. Kamikazes los Soul Burner que se arriesgaron a tocar con esas paupérrimas condiciones técnicas. Luego de 10 minutos donde Legend Maker hizo lo humanamente posible por arreglar el sonido ante el maltrato de los técnicos de Rhapsody y la indiferencia de la organización. El grupo desiste de tocar y sumarse al circo de ridículos que ya se habían visto esa noche. Lo más triste es que los organizadores no permitieron a la banda dar excusas y explicarle a sus seguidores lo que estaba pasando. El público confundido le toco conformarse con la duda y esperar entonces casi una hora hasta que apareciera Rhapsody.

Nuevamente afuera, los cerca de 500 espectadores que se quedaron sin poder entrar debido a la falta de espacio ( no solo del lugar, sino de espacio en la cabeza de los organizadores para prever esto) se amotinaron y causaron daños varios en los alrededores de la bodega.

Por fin, suena el intro de Down of Victory y aparecen uno a uno en la tarima los miembros de la banda…la gente se enloquece y sin más preámbulos arranca la canción. Pero ..momento…falta la estocada final a esta serie de desastres…justo en el momento del coro.. PUM! se va el sonido exterior y el grupo en actitud muy profesional terminan 5 minutos eternos…sin sonido exterior…todos pensamos que eso sería el final del concierto.. Afortunadamente, no sabemos si por compasión y lastima con la organización o por que de verdad querían tocar en Colombia, la banda esperó cerca de 10 minutos hasta que lograran arreglar con mocos y babas el sonido. De allí en adelante todo fue «Gloria Perpetua», una a una sonaron las mejores canciones, recorriendo completamente su discografía. La ejecución impecable de los instrumentos y sobre todo el sincronismo de la banda con las secuencias, samplers y pistas que complementaban la polifonía, logrando sonar como si estuvieran con coro y sinfónica abordo.

Tal vez lo más impresionante es el desempeño vocal del señor Leone, que cantante señores! Era como ver a Carreras, Boccelli o cualquier otra figura mundial del canto operático. Luca Turilli, sin sabor ni coordinación en sus movimientos, demostró por que es una de las figuras en estos momentos en el mundo de la guitarra. Nuestro amado Alex Holzwarth descargó el poder de su batería, (eso sí sin aproximarse a su trabajo en “Sieges Even” o “Paradox” ). Staropoli dejó a las pistas las partes más intrínsecas y se dedicó a ejecutar las líneas melódicas. Alessandro es el que más energía despliega en la tarima y lo ratificó cuando pateó un monitor en el momento en que se dañó el sonido. El guitarrista rítmico invitado: fabuloso! En una sola palabra.. Cerca de las 11 de la noche la banda se despide con broche de oro: Holy Thunder Force. Ovación total por parte de los -cerca de 3 mil- asistentes al evento.

Con la alegría de un gran show y los sin sabores de una mala organización y de no haber visto a Legend Maker. Nos marchamos todos. Unos caminando 12 minutos hasta sus casas, otros 12 horas en bus hasta las nuestras…