Arch Enemy en Bogotá

Fecha del evento: 30 de Abril de 2009
Lugar: Teatro Metropol – Bogotá
Hora: 8 p.m.
Organizado por: Fuck Yeah! Productions, Empire.
Artículo por: Alejandro Bonilla Carvajal

¡CONTAGIADOS!

Ver algunos asistentes, personal de logística y policías provistos con tapabocas antes de un concierto resulta una imagen atípica o, mejor aún, paradójica si tenemos en cuenta que la banda que se presentaba esa noche es ampliamente reconocida por canciones que hablan del Apocalipsis y el Némesis. Rumores infundados advertían que el show sería cancelado para prevenir contagios ante la alarma por la gripe porcina, o como más elegantemente pasaría a denominarse días después, AH1N1. Afortunadamente, la única realidad era que todos veníamos a sacudirnos con el grato virus que trasmite las canciones de Arch Enemy.

El acceso del público se realizó en orden. Al caer la tarde los asistentes que esperaban en una fila ubicada en la acera de enfrente al colindante Múltiplex Embajador, en el centro de la capital, lentamente comenzaron a cruzar la calle y entrar al reformado Teatro Metropol. Debido a inconvenientes que no vienen al caso, este medio ingresó poco antes de las 8 de la noche, momento para el cual los actos locales ya habían terminado. Una pena, quería conocer la propuesta de Angershield y saber cómo se encuentran Desecrate, banda a la cual le perdí el rumbo hace unos años luego de su disco «Subject X».

La amplia oferta de conciertos internacionales y la paranoia impulsada por nuestros acuciosos medios de comunicación en torno a la posibilidad de morir de influenza marrana con solo darle la mano a alguien, no fueron impedimento alguno para que el auditorio estuviera rebosante en su platea. La ansiedad por ver al combo que lidera la rubia Angela Gossow era enorme. El grupo había esquivado a Colombia dos años atrás cuando giraron por Suramérica para presentar el disco «Doomsday Machine» y ahora parecía que tendríamos revancha con su trabajo «Rise Of The Tyrant». De esta gira ya teníamos aviso gracias al DVD «Tyrants of the Rising Sun», filmado en Japón y lanzado hace unos meses.

Como era de esperarse la actuación dio inició con la potente «Blood on Your Hands» y todas las miradas apuntaron de inmediato a la vocalista germana que lucía pantalones ajustados y una camiseta con la consigna, «Colombia esta loca». Si bien Arch Enemy posee una formación de lujo compuesta por los hermanos y guitarristas Michael y Christopher Amott, el baterista Daniel Erlandsson y el bajista Sharlee D´Angelo, quienes por cierto lucieron esta noche su afamado uniforme de camisa negra y brazalete rojo, es la electrizante cantante la que manda la parada en tarima con su vozarrón y presencia física, una mezcla de sensualidad y agresividad que hipnotizan.

Pese a las falencias frecuentes del sonido al inicio de los shows, pronto la gran calidad acústica del recinto y algún retoque en la consola contribuyeron a evidenciar que estábamos ante una agrupación bien engrasada en cada una de sus piezas, reforzada por la experiencia de andar en el último tramo de su extensa gira mundial. «Ravenous», «Taking Back My Soul» y «Revolution Begings» fueron prueba de su excelente acople. El tándem de guitarras mostró con suficiencia que los hermanos Amott llevan en la sangre un enorme amor por las armonías. Cuesta imaginar cómo sonaba hace un tiempo este conjunto durante el paréntesis que hizo Christopher para enfocarse en sus estudios, vacío que tuvo que llenar Fredrik Åkesson, ahora en Opeth. Por su parte la base rítmica es fuerte como una roca: los créditos con los que cuenta el bajista Sharlee D’Angelo estuvieron expuestos esa noche; un músico concentrado 100% en su instrumento y respaldado por un baterista visceral como Daniel Erlandsson que regala unos blast beats de lujo a cada tanto.

Técnica fue lo que tuvimos frente a nosotros y a la vez pasión ante una audiencia hirviente, con alta presencia femenina probablemente convocada por la visita de uno de sus máximos iconos musicales. «Dead Eyes See No Future» es un andanada de thrash que estampa a cualquiera contra las paredes, sin embargo, demostrando el amplio espectro que logra este quinteto, a continuación escuchamos «The Day You Died», canción centrada en una melodía sosegada e inconfundible, al mejor estilo de Arch Enemy. «The Great Darkness» perteneciente al más reciente disco fue otro de los aciertos en el repertorio; posee unos riffs aplastantes con cierta estela gótica que logran imprimirle unos coros operáticos capaces de erizar la piel.

Turno para que el hombre de cabellos negros tras el kit de percusión sacara lo mejor de sí. Apoyado en el uso de samplers a fin de adornar sus capacidades, Erlandsson obtuvo el aliento de los fieles ante sus deliberados silencios, empero, más allá de ello no resultó un acto de mayor trascendencia dentro de la presentación. «The Last Enemy» es otro sorbo del «Rise Of The Tyrant» donde prevalece el cruce entre la vieja escuela heavy-thrash y los renovados aires metaleros que imprime con pericia el ex Carcass Michael Amott. Sin pausa alguna el frío sintetizador iniciaría con la melodía pegajosa de «I Will Live Again», tema al que se le suman las guitarras y que explota en un coro muy a la escuela clásica pop pero que gracias a los gruñidos de Gossow resulta infernalmente peligrosa.

A continuación el menor de los hermanos Amott empuñó su guitarra para regalar la primera parte del «Intermezzo Liberté» revelando una vez más sus calidades con una sobria postura. Por su parte Michael lo complementó ilustrando al clásico guitar hero que alza su instrumento mientras imprime gestos apasionados en cada acorde. Lo reitero, una dupla formidable que en esta composición manifestó su apreció por los acordes delicados y, por qué no decirlo, la influencia que debe tener sobre ellos un genio como Steve Vai.

Vuelta a la furia con «Dead Bury Their Dead» propia del disco que dio a conocer a la «diva satánica» que sujeta el micrófono. He conocido personas que echan de menos a Johan Liiva y su periodo musical al frente de Arch Enemy. Sin embargó la banda ha mantenido una línea sonora por encima de sus vocalistas, por lo tanto hablar de dos grupos llamados Arch Enemy sería faltar a la realidad. Sin restar meritos a Liiva, dudo que los suecos

hubiesen alcanzado la fama y fortuna mundial que ostentan sin el carisma de la alguna vez periodista musical Angela Gossow. «Heart of Darkness» y ese demoledor himno llamado «We Will Rise» dieron por terminado la primera parte de un show esperado por años en Colombia y cumplido por el artista con suficiencia.La extasiada audiencia solicitó la vuelta del conjunto y tras un par de minutos reaparecieron en tarima con una de las favoritas de muchos: «My Apocalypse», provista de riffs que machacan bajo unos samplers incluidos en el momento justo que le dan más cuerpo a la canción. El golpe final llegó con «Nemesis», posiblemente el tema más importante de la nueva era del grupo, ligado al final con un corto segmento instrumental extraído de la inmortal «Fields Of Desolation» grabada hace una década. Concierto impecable donde los músicos terminaron satisfechos y una vez salieron del escenario comprobamos que las advertencias médicas fueron en vano: abrazos y saludos de mano entre los sudorosos asistentes no faltaron. ¿Que más daba tanta prevención? Finalmente esa noche todos resultamos contagiados por la euforia que trasmite el virus de la buena música en vivo. Fotos Cortesía: Angélica Vargas

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